A veces, con la mejor intención, terminamos asfixiando al equipo. Controlamos demasiado, revisamos todo, damos instrucciones para cada detalle… y sin darnos cuenta, lo que hacemos es limitar la autonomía, la creatividad y la confianza. Eso tiene un nombre: micromanejo.
¿Cómo saber si estás cayendo en este estilo?
- Revisas el trabajo varias veces antes de aprobarlo.
- Sientes que si no estás encima, las cosas no salen bien.
- Te cuesta delegar tareas importantes.
- El equipo evita tomar decisiones sin tu validación.
¿Y cuáles son las consecuencias?
- Colaboradores menos comprometidos.
- Pérdida de iniciativa.
- Climas laborales tensos.
- Líderes agotados por querer hacerlo todo.
¿Cómo salir del micromanejo y liderar desde la confianza?
- Delegar con claridad y seguimiento sano: confiar no es desentenderse. Es delegar con expectativas claras y un seguimiento acompañante, no controlador.
- Aceptar que el “otro camino” también vale: a veces el equipo resuelve distinto, y eso está bien.
- Dar espacio para el error: si penalizamos cada falla, vamos a fomentar la parálisis.
- Pedir feedback también como líder: preguntar “¿cómo me estoy comunicando?”, “¿sí me explico bien?”, abre puertas valiosas.
El liderazgo efectivo se construye con confianza. Y confiar es también una forma de crecer como líder y ayudar a crecer a los demás.